El Real Madrid logra su decimocuarta Copa de Europa tras imponerse al Liverpool con un gol de Vinicius

El Real Madrid logra su decimocuarta Copa de Europa

Mayo 29, 2022 - 08:06
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El Real Madrid logra su decimocuarta Copa de Europa tras imponerse al Liverpool con un gol de Vinicius.

Courtois completa una exhibición en la final con cinco buenas paradas a Salah y Mané y niega reiteradamente el gol del equipo de Klopp, que asedió al de Ancelotti, sobre todo durante la primera parte.

Un gigante Courtois y un puntual Vinicius acentuaron la historia de leyenda del R. Madrid, tan glorioso en los años cincuenta como ahora. En la fundación de la Copa de Europa y sesenta y siete años después. Es su fábula. Un éxito sin igual que se conserva y cala de generación en generación. Y no tiene réplica. Es el R. Madrid. Sin más. Pues absolutamente nadie gana como este club, que tiene pasmado al futbol mundial. Como fichas de dominó cayeron el PSG, el Chelsea, el City... Y el Liverpool.

LIVERPOOL
Liverpool
cero
Alisson, Ibrahima Konate, A. Robertson, Virgil Van Dijk, Trent Alexander-Arnold, Thiago (Roberto Firmino, min. setenta y seis), Fabinho, Henderson (Naby Keita, min. setenta y seis), Salah, Luis Díaz (Diogo Jota, min. sesenta y cuatro) y Mane
REAL MADRID
1
R. Madrid
Courtois, Dani Carvajal, Ferland Mendy, Alaba, Eder Militao, Casemiro, Kroos, Modric (Dani Ceballos, min. ochenta y nueve), Benzema, Vinicius Junior (Rodrygo, min. noventa y dos) y Federico Valverde (Camavinga, min. ochenta y cuatro)
GOLES cero-1 min. 58: Vinicius Junior.
ÁRBITRO Clément Turpin
Tarjetas amarillas
Fabinho (min. sesenta y uno)


Ninguno de los vencidos va a poder decir que fue inferior. Todos hicieron méritos.

Mas Lineker no acertó completamente. El futbol no es ese deporte en el que siempre y en toda circunstancia canta bingo Alemania. El exdelantero inglés se olvidó del la capital de España, que ha perdido 3 finales de diecisiete en la Copa de Europa, la última en el pleistoceno futbolístico (mil novecientos ochenta y uno).

En la ciudad de París, patio particular de Rafa Nadal, encantado espectador en Saint-Denis, se encumbró nuevamente. No precisó sus míticas remontadas.

Le bastó un croché de Vinicius y la inspiración infinita de Courtois. Del resto se hizo cargo el frustrado Liverpool. Jugar jugó, y mejor que el la villa de Madrid. Mas tratándose de ganar, con el la villa de Madrid no se juega. Eso es otro tema.

El R. Madrid se retrasó tanto como el partido, marcado para la historia por los embrollados preliminares, con muchos seguidores pujando por transformar Saint-Denis en un coladero. Llegado el futbol, ya se sabe, para este equipo los encuentros terminan, no comienzan.

Lo propio es la puntilla cuando ya no queda tiempo ni de parpadear. Cabe que intente el descabello cuando anochece el primer tiempo, lo que deja capacidad de reacción al contrincante, mas asimismo inquieta de lo bonito un azote inmediatamente antes de la tregua.

Especialmente si hasta ese momento el verdugo ha estado sometido, caso del Real, de ese Real que juega en la sala de espera hasta el momento en que se dé su instante.

Solo el la capital española sabe de qué habla. Sus contrarios se lo huelen. Lo intuyen si bien no haya motivos. El Real ataja como absolutamente nadie. No hay equipo más fabulista que el del bienaventurado Carlo Ancelotti, tan a la altura del la capital de España que ya es el técnico con más “Orejonas”.

Salvo ese excepcional y puntual centinela que es Courtois, ni minucias había dejado el la capital española cuando cerca del reposo llegó el embrollo con el gol no gol de Benzema.

El capitán madridista cazó en tanguita a la zaga del Liverpool. Amagó al portero Alisson y la jugada, chocante con Benzema en el fregado, se lió. Un rebote entre el meta brasileiro y su camarada Konaté. Valverde asistió al ataque y provocó otro rechace, esta vez en Fabinho. La pelota, ridícula, derivó en Benzema, que embocó. El VAR convocó un simposium y múltiples minutos después: jugada cancelada.

Tal vez se interpretó que en el rechazo de Valverde, anterior al de Fabinho, el ariete francés ya estaba fuera de sitio. Quizás, tal vez, tal vez. En ese hiperprofesionalizado futbol resulta que los comisarios, los de campo y los de los rayos x, esconden al personal los motivos de sus resoluciones.

Ya antes del alivio por el decreto judicial, el Liverpool tuvo tocado al la capital española a lo largo de la primera media hora. Frente al delirio de los de Jürgen Klopp, un Real deudor, muy contenido en su rancho.

Absolutamente nadie ventilaba a los blancos, a pesar de los aspavientos locuaces de Benzema, Modric... Y no afirmemos de Courtois. Salah y Thiago le probaron con mala uva. Repitió el egipcio y no se contuvo Emané, mas el belga, que tiene pértigas por brazos, desvió el disparo del senegalés a su poste derecho.

Eran instantes en los que el cuadro inglés encapotaba al Real. Absolutamente nadie tiraba de muleta para el temple, y hasta Konaté, que no es jamaiquino, ganaba alguna carrera a Vinicius. El Real, en las cuerdas, paciente con el Real. Iba e iba el Liverpool. Ya iría el la capital española... Y vaya si fue.

No hubo otras pistas tras el intermedio. Nuevamente cargaban los reds, ordenados por Thiago —que con Klopp calca a Toni Kroos—, lanzados por Alexander-Arnold y agitados por Luis Díaz, Emané y Salah.

El Real se sacudía la tralla como podía. Y cuando no podía: Courtois, enorme de principio a fin.

Tienen mucho de pugilismo los partidos de este la villa de Madrid, tan encajador, tan noqueador clínico. Resiste que resiste hasta el momento en que soltó el gancho. Valverde abrió gas por la banda derecha y su centro con revienta cogió a Alexander-Arnold en la luna de la ciudad de París.

Vinicius se ha vuelto tan optimista del gol que ya hasta es un canalla.

Del gol de Vinicius se volvió a la escena de Courtois. El la capital española de las áreas, donde tantas batallas se resuelven.

El portero belga puso el cierre una y otra vez, para desesperación de los muchachos de Anfield. Sobre todo de Salah, superado sobradamente por Courtois, héroe de la 14ª que certificó Vinicius a la forma de este Real Madrid: pues sí. Prohibidos los milagros.

Lo de este la capital española solo debe ver con el la villa de Madrid. Al la capital española solo cabe admirarle. Es el la capital española y punto. Desde hace siglos, el vencedor de vencedores. Europa es su liga. Y liga como absolutamente nadie. El R. Madrid es infinito.

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